La joven Wislawa al ritmo de Mambrú se fue a la guerra por Márcia Batista Ramos
Wislawa Szymborska |
Márcia Batista Ramos |
Wislawa Szymborska de
niña se mudó a Cracovia y de allí no se movería más. Así que, desde los ocho
años empezó a tatuar el mapa de las calles en su memoria: las calles
medievales del centro, el parque Planty y la Plaza del Mercado…
Los años de guerra
fueron muchos y la escritura era una manera de expresar su entendimiento del
mundo mientras oía los bombardeos de cerca y se quedaba marcada por el hambre y
el frío. La guerra, sinónimo de miseria y horror, estuvo presente en su
cotidiano y le sirvió como funesta inspiración a la que dedicó uno de sus
poemas más conocidos. Así, comienzan sus primeros versos: Después de cada
guerra /alguien tiene que limpiar. /No se van a ordenar solas las cosas, / digo
yo. / Alguien debe echar los escombros/ a la cuneta/ para que puedan pasar/ los
carros llenos de cadáveres.
Imagino que la
vieja canción francesa Mambrú se fue a la guerra, no sé cuándo
vendrá retumbaba en sus oídos, mientras el cartero, diligente, dejaba
una misiva en la casa del suburbio donde ella vivía y decía con simpatía: - espero que
traiga buenas nuevas, hasta mañana…
Las noticias eran
insufribles, daban cuenta de la muerte de los colegas de escuela, los antiguos
vecinos y los primos… Mambrú se fue a la guerra, qué dolor, qué
dolor, qué pena.
La guerra, es un
espacio de sufrimiento inexplicable, que nadie merece experimentar, sin
embargo, a cualquier momento, la guerra llega a cualquier país, destruyendo
todo a su paso, hombres, perros, niños, vacas, gatos y flores… Tal vez, por
eso, para Wislawa, la mejor parte de la guerra fue haber sobrevivido. Porque el
ser humano es un ser imbuido de esperanza y aprecia la vida por las
posibilidades que existen mientras está vivo.
Empero, el cartero
llegaba a su puerta y un breve escalofrió pasaba por su cuerpo. Las
noticias que traigo, / ¡del dolor, del dolor me caigo! /las noticias que traigo
/son tristes de contar, /Do-re-mi, do-re-fa, /son tristes de contar.
El novio fue al
frente y murió… Que Mambrú ya se ha muerto, ¡qué dolor, qué dolor, qué entuerto!, que
Mambrú ya se ha muerto, lo llevan a enterrar.
En medio al vacío y
al dolor, ante la irreparable pérdida la joven poeta escribió: Mi caído, mi
convertido en polvo, mi tierra.../ y escucharemos juntos tu concha marina, / y
dentro el susurro de miles de orquestas, / nuestra marcha nupcial.
Las noticias del
frente le obligaron a lidiar con la muerte de una manera singular, también con
la vida… ¡qué dolor, qué dolor, qué duelo! Es muy probable que el duelo
lo llevara adentro, para siempre y eventualmente, lo dejara escurrir por su
pluma, en una palabrita, en un verso… Wislawa se tornó escéptica, enigmática, extremadamente
reservada, creo que ella fumaba para disfrazar los suspiros… No comentaba sobre
su vida, tampoco sobre sus sentimientos. Ya de pequeña sólo le contaba todo a
su muñeca de trapo - más tarde confesarían en una entrevista: - porque con
esas “barbies horrorosas de ahora, ¿de qué se podría hablar? ¿De tonos de
uñas?”
Y detrás de la
tumba, ¡qué dolor, qué dolor, qué turba! Wislawa,
trabajó haciendo zanjas en la calle. Después de terminar la educación
secundaria, trabajó en los ferrocarriles y, más tarde, ingresó a la Universidad
Jagellónica para estudiar Lengua y Literatura Polaca y Sociología, que no
concluyó por problemas económicos. En sus años universitarios comenzó a
publicar poesía en periódicos y revistas, en una de las cuales trabajó como
secretaria e ilustradora; su primer poema publicado fue Busco la Palabra,
aparecido en el suplemento literario del diario Dziennik Polski en 14 de marzo de
1945. Año en que Wislawa presenció la liberación de Auschwitz, por las tropas soviéticas,
también la celebración de los comunistas, que realizaron un recital de poesía
para festejar el fin de la ocupación en Cracovia. En el recital conoció a Adam
Wlodek, su primer marido. ¡qué dolor, qué dolor, qué trío!
Busco la palabra
Quiero definirlos
en una sola palabra:
¿Cómo son?
Tomo las palabras
corrientes, robo de
los diccionarios,
mido, peso e
investigo.
Ninguna
responde
La más valiente –
cobarde,
La más desdeñosa –
aún santa
La más cruel –
demasiado
misericordiosa,
La más odiosa -
poco porfiada.
Esta palabra debe
ser como un volcán,
que pegue, arrastre
y derribe,
como la temerosa
ira de Dios,
como el hervor del
odio.
Quiero que ésta una
sola palabra
esté impregnada de
sangre,
que como los muros
del calabozo
encierre en sí cada
tumba colectiva.
Que describa
precisa y claramente
quienes eran - todo
lo que pasó.
Porque lo que oigo,
lo que se escribe,
resulta poco,
siempre poco.
Nuestra habla es
endeble,
sus sonidos de
pronto - pobres.
Con empeño busco
ideas,
busco esta palabra
-
y no la encuentro.
No la encuentro.
Márcia Batista Ramos, nació en Brasil, en el Estado de Rio Grande do Sul en mayo de 1964. Es licenciada en Filosofía por la Universidad Federal de Santa María (UFSM)- RS, Brasil. Radica a más de cuarto siglo en Bolivia, en la ciudad de Oruro. Es gestora cultural, escritora y crítica literaria. Columnista de la Revista Inmediaciones, La Paz, Bolivia y Columnista del Periódico Binacional Exilio, Puebla, México, además. Colaboradora Revista Dominical, Periódico La Patria, Oruro; es colaboradora de varias revistas culturales en diferentes países. Está incluida en el DICCIONARIO CULTURAL BOLIVIANO; Anexo en Diablo- Diablada De Oruro Al Mundo – Antonio Revollo Fernández (2019); Tiene cuentos, ensayos, crónicas, novela publicadas en libros y antologías. Publicaciones en revistas y Blogs: Revista Regatul Cuvantului, Rumania; Faro Cultural Santa Cruz, Santa Cruz, Bolivia; Revista Oxímoron, Sucre, Bolivia; Revista Plaza Catorce, Cochabamba; Revista Culturel, El Salvador; Letras Itinerantes, Colombia; Musuq Nuna, Bolivia; Centro Cultural Francisco Solano, Argentina; Revista Tabaquería, México; Revista poética "Azahar" de España; Revista Paréntesis, México; Piedra y Nido, Argentina; La Literatura del Arte, Paris, Francia; Revista Relieves, Argentina; Revista Brevilla, Chile; Movimiento Poético Riba –Turia, España; Leamos cuentos y crónicas BLOSSPOT. COM, Argentina; Plumas Hispanoamericanas, Santiago de Chile, Chile; Bajootroscielos, Barcelona, España; El Espectador, Bogotá, Colombia; Revista Km0, Argentina; Alpiedelapalabra, Argentina; Bloghemia, Argentina; Nube Cónica, Chile.
Es colaboradora de la revista Archivos del Sur
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