Sobre el estilo indirecto libre en la escritura: Gustave Flaubert y Madame Bobary
(Montevideo) Magda Lago Russo
Gustave Flaubert (Ruan, Alta Normandía, 12 de diciembre de 1821 Croisset, Baja Normandía, 8 de mayo de 1880) escritor francés, considerado como uno de los mejores novelistas occidentales y es conocido principalmente por su primera novela publicada, Madame Bovary, y por su escrupulosa devoción a su arte y su estilo. Madame Bovary constituye uno de los puntos de referencia para el movimiento del realismo.
No obstante, la historia también se halla estrechamente unida a lo que se conoció como la novela alegórica, dado que más que una novela de romance que terminará en el suicidio de su protagonista femenina y en la muerte por decepción amorosa, o pena moral, de su protagonista masculino es también una crítica a la sociedad burguesa del siglo XIX, posterior a la revolución francesa y al gobierno absolutista de Napoleón en Francia. En tres partes, con una increíble agudeza literaria,
Gustave Flaubert nos muestra su punto de vista sobre la vida de la sociedad de alto rango en la Francia del temprano siglo XIX, al casar al personaje principal con alguien que nada le ofrece más que exhibirla como si fuese un trofeo y al encontrar en un estudiante de leyes, con quien tendrá una cruel y triste historia, lo que siempre buscó, pero que al final, no la llevará a nada más que a su muerte.
Cuando Emma Rouault se casa con Charles Bovary se imagina que va a pasar en la vida de lujo y la pasión que ella lee en las novelas sentimentales y revistas femeninas. Pero Charles es un médico rural aburrido, y la vida de provincia es muy diferente de la emoción romántica que anhela. En su búsqueda para hacer sus sueños ella toma un amante, y comienza una espiral devastadora en el engaño y la desesperación. Madame Bovary, es pues más que una novela, un retrato fiel y un paradigma para la literatura realista y universal,
Para escribir esta obra, Flaubert utilizó el estilo indirecto libre que es una de sus grandes aportaciones a la técnica literaria. La nueva técnica va a dar una gran flexibilidad a su prosa, por medio de ella intenta que la narración sea más objetiva, reproduciéndola. Logra una forma más sutil, infiltrando hábilmente el estilo directo en el indirecto, transformándolo en el estilo indirecto libre.
El novelista francés escribía: "El artista debe estar en su obra como Dios en la Creación, invisible y todopoderoso, de tal manera que se sienta en todo, pero que no se le vea."
Las características del estilo indirecto libre son:
- Aligera la narración al eliminar algunos elementos gramaticales
- Permite una penetración del punto de vista del autor en lo que el personaje dice o piensa. Es como si lo conociera íntimamente, como si el personaje y el narrador se fundieran en una sola persona.
- Es más verosímil. El lector percibe aquello con mayor "verdad".
La utilización del estilo indirecto libre por Flaubert en Madame Bovary le permite narrar directamente el proceso mental, de su personaje central Emma, para describir su intimidad presentándola mediante una escritura que concentra la subjetividad del personaje. Muestra sus sentimientos íntimos.
Por ejemplo
"Se repetía: “¡Tengo un amante!, ¡un amante!”, deleitándose en esta idea, como si sintiese renacer en ella otra pubertad. Iba, pues, a poseer por fin esos goces del amor, esa fiebre de felicidad que tanto había ansiado".
(Madame Bovary / Flaubert)
Dicho estilo posibilita descubrir por si mismo la mentalidad de Emma, descubriendo así la falta de ética, de juicio, de moral y de amor que tiene hacia su familia. Reproduce en su obra la conversación común, el habla coloquial.
Se vale de varios tipos de narradores, para mantener la objetividad y el distanciamiento en la obra: El narrador omnisciente (sabe todo acerca del personaje) el narrador personaje-testigo y narradores personajes singulares.
El primer narrador que aparece en la obra es el Narrador personaje-testigo, el cual es un personaje que narra en primera persona y cuenta la historia desde lo que observa
El narrador -testigo en las cuatro primeras páginas de Madame Bovary establece que es diferente al relator invisible que obviamente no se encuentra enunciado. Este relator posibilita a Flaubert tener una posición imparcial y objetiva, ya que la mencionada voz se pronuncia desde la tercera persona, como simple observador, que narra y describe lo que ocurre, sin dar juicios de valor
Este es un procedimiento narrativo ambiguo, como dice Vargas Llosa**, pues el narrador omnisciente se acerca tanto al personaje, que no sabe el lector si las palabras pertenecen al relator invisible o si el personaje está monologando mentalmente. Un ejemplo de estilo indirecto libre son, la exclamación y, sobre todo, los verbos en pretérito imperfecto (“hacía”, “estaban”, “chisporroteaban”) señalan el cambio de perspectiva en la narración: ahora el narrador “habla” por boca de Emma, ya no lo hace desde fuera. Flaubert demuestra que conocía bien la psicología femenina y que era capaz de meterse en la piel de sus personajes y, sobre todo, en su psicología interna (Madame Bovary c´est moi, decía el escritor en una de sus cartas).
El efecto que consigue Flaubert utilizando el estilo indirecto libre es: fijar la atención hacia la realidad cotidiana y considerar al hombre dentro de la sociedad y sus problemas con gran detalle. Además de producir el efecto inmediatez que lo distancia del mundo ficticio. Se tiene la impresión de estar escuchando la voz del personaje, viendo una conciencia en movimiento.
Aparentemente es una convencional historia de adulterio, pero se convierte en un análisis de la humanidad y en un enfoque de la monotonía y la vida burguesa; se descubre una sociedad francesa y al mismo tiempo se ridiculiza, es decir, se muestran sus errores y el autor se burla de ellos.
El efecto de realidad psicológica utilizando el estilo indirecto libre que le proporciona al relato es innegable. Atrapa poco a poco, además es interesante y juega con las descripciones que logran transportar al lector al lugar de esa época.
La forma de contar la historia es tan específica que se pueden contemplar los personajes, los paisajes, las estancias, con esas descripciones tan, minuciosas creando además un personaje lleno de hechizo.
Muestra un prototipo de heroína de ficción rebelde y poco resignada al destino. Con esta historia consigue Flaubert atraer por su carácter misterioso, trágico y duro, porque, aunque es evidente que las historias de estas características siempre tienen un mismo final, que se duda durante toda la obra.
(c) Magda Lago Russo
Montevideo
Uruguay
bibliografía:
Mario Vargas Llosa, “La orgía perpetua” Flaubert y Madame Bovary
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