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Mostrando entradas de abril, 2019

La poetisa Ida Vitale, con "humildad uruguaya" recibió el Premio Cervantes de Literatura

(México, D.F.) Washington Daniel Gorosito Pérez Nació en Montevideo el 2 de noviembre de 1923, poeta, ensayista, traductora, crítica literaria, profesora, integrante del movimiento artístico denominado “Generación del 45”. Estudió en la Facultad de Humanidades en la Universidad del Uruguay, que le otorgará el Doctorado Honoris Causa en el año 2010. Durante el Gobierno militar se exilió en México (1974- 1985), país que considera su segunda patria, donde aprendió la “picosidad” del lenguaje y desarrolló una extensa actividad de escritura. Con la ayuda de Octavio Paz se incorporó a la rica vida cultural mexicana. “Mis once años en México fueron de realización permitida. Eso es maravilloso, un lugar que lo recibe a uno como si no fuera extraño. México te da la ilusión de que todo está abierto”. En su discurso la poeta oriental, al recibir el máximo galardón de la literatura en lengua castellana, el Premio Cervantes, conocido como el “Nobel” de las letras en Castellano, remarcó

Obra de Sor Juana Inés de la Cruz, catalogada por la Unesco como Memoria del mundo

(México, D.F.) Washington Daniel Gorosito Pérez Mujer extraordinaria, ornamento de su siglo, Sor Juana Inés de la Cruz aparece, casi como un milagro en la segunda mitad del siglo XVII en la nación de un continente que, a mediados del siglo anterior, había empezado apenas a incorporarse a la cultura europea. Tiene desde niña una gran curiosidad por el mundo que pronto se convierte en un deseo de  saber y explicárselo todo, que sorprende en una sociedad tan joven y en una persona del  sexo considerado tradicionalmente reacio a todo tipo de estudios y meditaciones. Toda su niñez es un ardiente afán de sabiduría. Buscó una razón para justificar ese anhelo,  que acaso a muchos parecería indiscreto o desproporcionado, y en su respuesta a Sor  Filotea de la Cruz nos dice que todas las ciencias y todas las artes son necesarias para  entender bien las Sagradas Escrituras.  Pero ese anhelo de saberlo todo y la práctica constante para satisfacerlo no le restan  femineida