Un viaje a Ushuaia, Puerto Almanza y la Estancia Harberton
Puerto Almanza |
Puerto Almanza |
Estancia Harberton |
El viento me despeina, al fondo, la Estancia Harberton |
Puerto Almanza, la ruta de la centolla |
la ruta, entre Puerto Almanza y Harberton |
un velero navega frente a la costa de Harberton |
(Buenos Aires)
Lo prometido es
deuda, un texto sobre el viaje que realicé en diciembre de 2023 a Ushuaia, y el
recorrido hasta Puerto Almanza y la Estancia Harberton.
Como saben todos los
amigos y lectores que me siguen desde hace años, ya les había anticipado que
este viaje era para conocer a mi nuevo nieto, que nació en el mes de noviembre
pasado. Esa fue la de arena. La de cal, también se las conté, fue la muerte de
mi marido y compañero, después de cincuenta años juntos, es decir casi toda la
vida, en el mismo mes de noviembre. Venía después de varios años de transitar por Cancerland,
un territorio al que la escritora norteamericana Siri Husvedt, casada con Paul
Auster denominó así. Es un territorio confuso y traicionero, como dijo Husvedt. Un territorio que con fe, esperanza, caridad, paciencia y muchos cuidados mi marido y yo transitamos. El, con valor y yo, acompañándolo todo lo que pude.
Emprendí el
viaje un día después del día en que se desató un temporal en la ciudad de Buenos Aires que hizo volar desde árboles,
techos, y todo lo que pudo e impidió viajar
en avión. Al día siguiente, cambiado el pasaje pude volar a Ushuaia desde
Ezeiza.
El paisaje de
Ushuaia, los lugares, son soñados, nada mejor que encontrarse ahí.
Pocos días
después, Nora, madre de la pareja de mi hijo me propuso hacer un viaje a Puerto
Almanza y a la Estancia Harberton, lugares a los que nunca, en viajes
anteriores había llegado.
Emprendimos el
viaje en el auto de Nora, era un día con mucho viento, aunque agradable. La
ruta hacia Puerto Almanza, se transita admirando paisajes. Puerto Almanza
ofrece varios lugares donde comer centolla, por eso atrae a muchos turistas. Es
una ruta a la que llaman “la ruta de la centolla”. Muchos de los restaurants son
casas de pescadores que se han ido adaptando a las demandas turísticas.
En el camino, se
pueden ver algunos recuerdos del conflicto con el país vecino de Chile que fue
desactivado, por el canal Beagle, cañones instalados cerca la ruta.
Entramos a
algunos de estos restaurants, algunos con varias mesas y otros con pocos
lugares para comer. Así y todo había turistas. Puerto Almanza, un pueblo de
pescadores, es ahora un lugar con amplia demanda turística.
Atravesamos
montañas, bosques y sitios ancestrales. Sabíamos que esos lugares son aptos
para ocultarse, para llevar una vida apartada de la ciudad y de otros lugares
habitados.
La próxima meta
era llegar a la histórica Estancia
Harberton. El mar está ahí, próximo a la estancia.
El casco de
Harberton pertenece a la historia de Ushuaia, es un hito insoslayable para
quien quiera escribir sobre Tierra del Fuego.
Había sol y
nubes y mucho viento. Nos sacamos fotos.
Harberton y La
María Behety son las dos estancias más famosas de Tierra del Fuego.La primera
es de origen misional, y la otra empresarial, y las dos expresan el momento de la
aparición del hombre europeo en el territorio isleño, con la consecuente
declinación de la población nativa y el surgimiento rápido de la riqueza
ganadera.
Hicimos paradas
para comer y tomar algo al borde del camino, el viento nos impidió estar
sentadas en la orilla de un río mucho tiempo.
Árboles
inclinados, mucho viento, cascadas de agua, todo era un desborde de la
naturaleza que invitaba a seguir viajando. Llegado un momento, decidimos volver
a Ushuaia.
Era tiempo de
Navidad y había que celebrar.
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