Los vulnerables e Hijo de opa, novelas editadas durante la dictadura de Hugo Banzer Suárez por Javier Claure C.
Gaby Vallejo y Javier Claure, Cochabamba 2008
Afuera de la Biblioteca Thuruchapitas
Antonio Terán, Gaby Vallejo, Freddy Ayala, Javier Claure y Adolfo Cáceres Cochabamba, 2008 (de izq. a der.) |
Presentación
del poemario Preámbulos y ausencias de Javier Claure C. Casa
del Poeta, Cochabamba 2004 De
izquierda a derecha: Javier Claure, Gaby Vallejo y Guillermo Razo |
(Estocolmo) Javier Claure C.
El mundo literario boliviano, una
vez más, se viste de luto ante la triste noticia del fallecimiento de una de
las plumas más destacadas de Bolivia y una figura prominente en la escena
literaria internacional. El sábado 20 de enero murió la escritora, Gaby Vallejo
Canedo, a la edad de 82 años, en la ciudad de Cochabamba (Bolivia).
Estudió literatura en
la Normal Católica de Cochabamba y Ciencias de la Educación en la Universidad
Mayor de San Simón. Hizo una pasantía en Literatura Infantil en la
Internationale Judengbibliotek de Múnich (Alemania). Realizó una especialidad
en Literatura Hispanoamericana en el Instituto Caro y Cuervo de Bogotá (Colombia).
Fue reconocida como Embajadora Universal de la Cultura por la Unesco, recibió
el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Mayor de San Simón y fue
miembro de número de la Academia Boliviana de la Lengua. Fue profesora de
Lenguaje y Literatura en la Normal Católica de Cochabamba, docente de la
Universidad Mayor de San Simón, encargada del Centro de Documentación de
Literatura Infantil del Centro Portales (Fundación Patiño), fundadora de la
Biblioteca Thuruchapitas para niños y jóvenes en donde se fomenta la lectura.
Ganó una infinidad de premios como, por ejemplo, el Premio Gabriela Mistral
2022. Vallejo Canedo escribió más de 40 obras entre ensayos, novelas, cuentos
infantiles, textos pedagógicos y otros. Sus dos primeras novelas «Los vulnerables (1973)» e «Hijo de opa (1977)» le
lanzaron a la fama. «Hijo de opa» fue llevada a la pantalla por el director
ítalo-boliviano, Paolo Agazzi, con el nombre de «Los hermanos Cartagena».
En
una entrevista otorgada al periódico paceño Página Siete en octubre de 2020,
dijo entre otras cosas: «De niña he tenido muchas experiencias, he sido
protagonista de algunas situaciones raras y fuertes. Por ejemplo, recuerdo
cuando vi salir del medio de los maizales a cientos de campesinos, armados con
palos y fusiles, que entraban a las casas y destrozaban todo; tenían odio a los
patrones que les habían hecho daño. Esa sensación de sorpresa y de miedo fue
tan grande que me produjo una huella
espiritual para descubrir cuánta violencia puede ejercer el ser humano una vez
que tiene rencor. Todo aquello golpea y más a una niña que está absorbiendo lo
que pasa y que, cuando tiene la decisión de escribir, transforma toda esa
sensación en un cuento o en una novela. He sido muy fiel a mi espíritu y a mi
experiencia, a lo que he sentido durante mi vida entera: la rebelión campesina,
las dictaduras militares, la presencia del Che Guevara y las guerrillas. No es
que escribiera en ese momento precisamente, pero mi alma estaba escribiendo lo
que iba a ser después mi obra literaria»
Sin
lugar a dudas los momentos que vivió Gaby Vallejo desde cuando era tan solo una
niña, marcaron profundamente su universo interior. Por lo descrito arriba, da
la impresión que su sensibilidad se forjó a partir de una serie de experiencias
y eventos históricos durante su infancia y su vida adulta. Sus denuncias contra
las injusticias sociales y su compromiso por la defensa de los Derechos Humanos
pueden entenderse en el contexto de su entorno sociocultural y las
circunstancias políticas que vivió en Bolivia. La
autora, conocida por su profundidad temática, se convirtió en un faro literario
para generaciones de lectores por su capacidad para explorar las complejidades
del alma humana y, sobre todo, la realidad boliviana. La presencia de la guerrilla y la figura del Che Guevara, en Bolivia,
como símbolo de la lucha revolucionaria probablemente resonaron con la
sensibilidad de Vallejo Canedo, y reforzaron su compromiso con las causas
sociales. Por eso, precisó temas relevantes y urgentes en la sociedad
contemporánea.
En algunos de sus
escritos pone en tela de juicio el desafuero y las desigualdades que afectan a
los más vulnerables de la sociedad, pero al mismo tiempo ofrece una mirada
humanista para superar las adversidades de la vida. Cabe destacar que fue una
escritora muy valiente que se enfrentó, mediante sus dos primeras novelas
citadas anteriormente, a la dictadura del general Hugo Banzer Suárez, gobierno
de facto de extrema derecha que duró hasta 1978. En esas novelas exploró las
consecuencias devastadoras de la represión política y la violencia
institucionalizada en la sociedad boliviana por parte de la dictadura militar.
A través de personajes y situaciones, mostró cómo las dictaduras afectaban
especialmente a los más vulnerables y marginados, resaltando así la importancia
de la empatía y la solidaridad en tiempos de opresión.
Por esas cosas buenas
que tiene la vida, he tenido el honor de conocer a Gaby Vallejo Canedo. El año
2004 presenté mi poemario «Preámbulos y
ausencias» en varias ciudades de Bolivia. En Cochabamba lo hice en la Casa del
Poeta. Me presentó el escritor mexicano Guillermo Razo, y Gaby Vallejo fue la
maestra de ceremonias. Desde entonces se convirtió en una amiga e hizo
comentarios sobre mi poesía. Cada que viajaba a Bolivia, la buscaba y casi
siempre terminamos en una cafetería en donde me contaba de sus proyectos
literarios. Por cierto, me invitó a una velada literaria en la Biblioteca
Thuruchapitas en donde adolescentes leyeron poemas y cuentos. Es justamente
Gaby Vallejo Canedo, la que escribió el prólogo de mi próximo poemario que
saldrá a luz este año. A decir verdad, es un verdadero orgullo contar con las
palabras de una escritora tan destacada en las letras bolivianas.
Desde
la distancia solíamos comunicarnos mediante correo electrónico, pero también
por WhatsApp. El viernes 8 de diciembre del año pasado le envié un mensaje a su
teléfono y me contestó: «Llegas en un día infausto para la literatura
boliviana. Ha muerto Adolfo Cáceres Romero». La notificación repentina del
deceso de Gaby Vallejo llegó a mi teléfono móvil el día 20 de enero a las 11 de
la mañana. Su partida generó, en mi persona, una mezcla de emociones como
tristeza, sorpresa y reflexión sobre su obra. Me negaba aceptar su viaje
eterno. Habíamos hablado por teléfono antes de Navidad.
En
fin, en el ir y venir de la existencia, la vida se presenta
como un fugaz destello, una melodía efímera que nos acaricia el alma antes de
desaparecer en la vastedad del universo. Y así, en medio de este trajinar, nos
sorprende la partida de una querida escritora, como Gaby Vallejo Canedo, cuya
pluma ha tejido hilos de emoción y reflexión en los corazones de muchas
personas. Hoy nos toca despedirnos de ella con el dolor de la
pérdida, pero también con la gratitud de sus escritos porque en cada página que
escribió, dejó un pedacito de su alma, un reflejo de su sensibilidad y
humanidad. A través de sus relatos, ha explorado los rincones más profundos del
ser humano, y en cada línea encontramos una chispa de verdad y belleza que nos
recuerda la fragilidad y la grandeza de la vida.
Hasta siempre estimada Gaby. Gloria y paz en tu tumba.
(c) Javier Claure C.
Estocolmo
Javier Claure C. es un escritor y periodista cultural de origen boliviano radicado en Suecia
texto y fotos enviados por Javier Claure C.
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