Contra los males de la Inteligencia Artificial: Manifiesto por la Inteligencia Artesanal (M.I.A.+) por Christina Ramalho
Contra los males de la Inteligencia Artificial:
Manifiesto por la Inteligencia Artesanal (M.I.A+)
Hipótesis
Siendo “contra los males”, este M.I.A.+ (Manifiesto por la Inteligencia Artesanal) entiende que hay beneficios en el universo de la Inteligencia Artificial y registra la importancia de buscar saber, a la luz de la ciencia y la ética, cuáles son exactamente los aspectos positivos de los sistemas y algoritmos creados para reemplazar la inteligencia humana en diferentes áreas. Pero ese no es el propósito de este manifiesto, como bien dice el título.
Antecedentes
1. Recientemente, diversos medios de comunicación en todo el mundo se refirieron a la advertencia presentada por el científico anglocanadiense Geoffrey Hinton sobre los males, de con dimensiones verdaderamente aterradoras, que la Inteligencia Artificial ya trae – y seguirá trayendo a un ritmo cada vez más acelerado – a la Humanidad. Agravante 1: Hinton, junto con los franceses Yann LeCun y Yoshua Bengio, es considerado el “padrino” de la Inteligencia Artificial. Agravante 2: La declaración estuvo acompañada de su decisión de renunciar a Google, retirándose.
2. También recientemente, el estadounidense Sam Altman (ejecutivo de OpenAI, creador de ChatGPT; volveremos a él) y otros 553 nombres, incluidos Geoffrey Hinton, Yoshua Bengio y Bill Gates, firmaron una carta para advertir al mundo sobre el riesgo de la “extinción de la humanidad”. Así es: ¡extinción de la humanidad! La lista completa de nombres, que involucra a científicos, especialistas y ejecutivos de diferentes áreas, con predominio del área de Informática, está disponible en https://www.safe.ai/statement-on-ai-risk.
3. Los “beneficios” de los chatbots (Bidirectional Encoder Representations from Transformers ou o “Representaciones de codificador bidireccional de transformadores”) como Bert, Bloom, ChatGPT, ChatSonic, Chinchilla, Jasper Chat, LaMDA, Meena, Replika, RoBERTa, XLNet y Wordspinner, entre muchos otros, ya están “en marcha” en la boca de una de las fuentes más populares de “búsqueda de conocimiento” (¡hay comillas para tanta ironía!): los influencers digitales. El discurso, en muchos casos, aplaude la posibilidad de dejar de lado el ejercicio de pensar en favor de tener un texto autoral de forma rápida y sin esfuerzo. Incluso hay quienes advierten: "¡Que no se entere tu profesor!" (¿No te lo crees? Míralo en: https://www.facebook.com/reel/776560200362597, antes de que el video sea borrado por ser absolutamente execrable).
4. El 27 de mayo del presente año, Benjamin Weiser, columnista de The New York Times, contó en su columna, el caso del abogado Steven A. Schwartz quien usó ChatGPT para defender a su cliente en una demanda contra Avianca. Resumen de la ópera: el ChatGPT inventó una serie de casos de “jurisprudencia” decisiones legales plasmadas en procesos llevados ante los Tribunales que legitiman opiniones similares en procedimientos de la misma naturaleza) como argumento para las demandas de su cliente. El juez P. Kevin Castel y los abogados de Avianca no pudieron encontrar legitimidad en la supuesta jurisprudencia, que involucraba a empresas como Delta Air Lines, Korean Air Lines y China Southern Airlines, en casos “similares”. A su vez, Schwartz, abogado de 30 años de experiencia, confesó que había hecho un uso “inocente” de ChatGPT. (Fuente: Here’s What Happens When Your Lawyer Uses ChatGPT - https://www.nytimes.com/2023/05/27/nyregion/avianca-airline-lawsuit-chatgpt.html)
5. En 1818, la escritora inglesa Mary Shelly publicó la obra maestra Frankenstein. Jules Verne nos trajo Viaje al centro de la tierra, en 1864, y H. G. Wells, La guerra de los mundos, en 1898. A partir del siglo XIX, obras como estas y muchas otras – como la serie de libros alemana Perry Rodan (1961, ¡hoy con más de 3.000 episodios!), firmada por Clark Dalton, K. H. Scheer y Kurt Mahr – han hecho de la tecnología un tema literario, consolidando una sorprendente trayectoria de obras caracterizadas como “ciencia ficción”. El éxito de Dan Brown (La Fortaleza Digital, El Codigo Da Vinci, El Símbolo Perdido), por ejemplo, atestiguan la supervivencia del género a nivel de best-sellers.
6. En televisión, la serie de dibujos animados Los Supersónicos, creada por William Hanna y Joseph Barbera, se estrenó en 1962 en ABC, llevando a muchos hogares, desde entonces y en todo el mundo (la veía de niña), las maravillas tecnológicas de la futuro, entre ellos (¡qué sorpresa!), la robot-empleada-doméstica Rosie... la televisión en color con pantalla plana, las videollamadas, la casa inteligente, las microcámaras, las videoconferencias, los coches voladores... Todo está ahí. Para continuar dentro del ámbito de las producciones de amplia circulación en el mundo, recuerdo también la serie de Irwin Allen de 1965 titulada Lost in space (Perdidos en el Espacio), cuyos personajes – miembros de la familia Robinson – viven experiencias en el espacio cósmico. Corría el año 1997. El malvado Dr. Zachary Smith, decidido a detener el proyecto, reprogramó el robot B9, convirtiendo al producto de la Inteligencia Artificial en el mayor enemigo de la familia Robinson. Los planos fueron destruidos y la familia se perdió en el espacio, junto con el terrible Dr. Smith, que ya no tenía control sobre la máquina que él mismo había corrompido.
7. Este 2023 se cumplen 55 años del estreno de la película de Stanley Kubrick, 2001: Una odisea del espacio (1968). En otras palabras, la ciencia ficción ha popularizado durante mucho tiempo, a través del cine dirigido a grandes audiencias, el tema del desarrollo de nuevas tecnologías. Siguiendo a Kubrik, hay otras películas clásicas del llamado gran circuito cinematográfico, como la impactante Blade Runner (1982, de Ridley Scott); Matrix (1999, dirigida por las hermanas Wachowski) y luego ampliada con Reloaded (2003), Revolutions (2003) y Resurrections (2021); A.I. Inteligencia artificial (1999, también concebida por Kubrik, pero dirigida por su socio Steven Spielberg); Her o Ella (2014, dirigida por Spike Jonze), entre muchas otras, que incluyen realizaciones muy famosas en las que la Inteligencia Artificial es una compañera imprescindible en exploraciones intergalácticas, como las que tienen lugar en Star Trek (1966) o en Star Wars (La Guerra de las Estrellas, desde 1977).
8. El “Manifiesto Ciborg” (1985), de la filósofa, zoóloga, feminista y ecofeminista estadounidense Donna Haraway (1944), puso en el orden del día la relación entre los seres humanos y las máquinas. Además, trajo consideraciones relevantes, como ésta, que mencioné en mi tesis doctoral (2004): “las máquinas no eran vistas como teniendo un movimiento propio, como autoconstruyéndose, como siendo autónomas. No pudieron cumplir el sueño del hombre: solo pudieron imitarlo. No eran el hombre, un autor en sí mismo, sino simplemente una caricatura de ese sueño reproductivo masculinista. Pensar que podían ser otra cosa era paranoia. Ahora ya no estamos tan seguros. Las máquinas de finales del siglo XX hicieron que la diferencia entre lo natural y lo artificial, entre la mente y el cuerpo, entre lo creado por uno mismo y lo creado externamente, fueran tan completamente ambiguas, y lo mismo podría decirse de muchas otras distinciones que solía aplicarse a organismos y máquinas. Nuestras máquinas están inquietantemente vivas y nosotros mismos estamos terriblemente inertes”. (Referencia: HARAWAY, Donna. Manifesto Ciborgue: ciência, tecnologia e feminismo-socialista no final do século XX. In: SILVA, Tomaz Tadeu da. Antropologia do cyborg. Belo Horizonte: Autêntica, 2000, p. 37-130, mi versión en español de la cita). La inercia, reconocida por Haraway en 1985, tiene ahora 38 años. Y es mucho más aterradora que antes. Basta con leer las noticias detalladas en 1 y 2.
9. La humanidad nunca ha sido testigo de una proliferación tan acelerada de casos de depresión, ansiedad, síndrome de pánico, suicidios, etc. Esto también es una señal.
¡Ahora el manifiesto!
El M.I.A.+
1. Este manifiesto, considerando los antecedentes anteriores y otros no mencionados, entiende que los versos “Avisa el hormiguero/Ven ahí el oso hormiguero”, de la canción “Formigueiro” de Ivan Lins (1979, álbum A Noite) sirven como metáfora. Somos las hormigas. Y el oso hormiguero son los males de la Inteligencia Artificial. Es bien sabido lo que hace un oso hormiguero con un hormiguero. ¿Quién dio la advertencia? Las muchas personas conocen y alimentan al oso hormiguero desde hace mucho tiempo. Pero el animal tiene hambre. Nos corresponde a nosotros, las hormigas, ser conscientes de la pequeña e importante labor de resistir à nuestra propia muerte. (Mis disculpas a los osos hormigueros que ciertamente no les gustaría ser incluidos en este manifiesto).
2. Se trata, por tanto, de un manifiesto contra la inercia decantada por Haraway y probada por la poca atención prestada a las recientes y teóricamente impactantes noticias sobre los males de la Inteligencia Artificial. Inercia que tal vez pueda explicarse por la preocupación “relevante” de las personas con la sexualidad de las demás, con la religión de las demás, con las relaciones afectivas de las demás, con la vida de reinas, reyes, príncipes, princesas, magnates y superestrellas, con la lucha surrealista contra las marcas del envejecimiento del cuerpo humano, mientras el oso hormiguero se acerca a velocidad acelerada.
3. El primer y más llamativo mal de la Inteligencia Artificial reside en un sofisma, es decir, un pensamiento sin verdadero fundamento que induce al error: la Inteligencia Artificial piensa y actúa por nosotros y por nuestro descanso y mejor calidad de vida. No. La Inteligencia Artificial – término creado por el estadounidense John McCarthy (1927-2011) – es una tecnología generada por y dentro de un sistema económico de base materialista y comercial y sustentada en el conocimiento científico sobre la mente humana y en la ciencia robótica, que busca formas para acelerar la producción, circulación y almacenamiento de conocimientos los cuales en general, se relacionan productos reales y virtuales, resortes del mercado financiero y enriquecimiento de élites multimillonarias.
4. El segundo y también violento daño causado por A.I. se reconoce en su elitismo, ya que sus avances (incluso los positivos, principalmente en el área médica) están dirigidos, en un gran porcentaje, a las élites económicas. Un ejemplo de ello son las experiencias espaciales insertas en el ámbito del turismo, mientras el hambre sigue afectando a 828 millones de personas en el mundo, según el IGF (Índice Global da Fome [o del Hambre]), publicado en 2022 por la organización no gubernamental alemana Welthungerhilfe. Otro ejemplo son los procedimientos quirúrgicos de vanguardia, que involucran el uso de la ciencia robótica y la realidad virtual, que solo alcanzan, con muy raras excepciones, a quienes se encuentran en la cumbre de la pirámide económica y financiera. La preservación de la vida humana está dictada, organizada e implementada políticamente por la lógica del estatus económico.
5. En el ámbito de los recursos de la Inteligencia Artificial contemporánea que implican la producción de textos e imágenes, hoy se vende la ilusión de un nuevo tipo de autoría: la máquina crea para nosotros productos inéditos que pueden recibir nuestra firma/huella sin haber habitado nunca nuestro pensamiento. Así, queda definitivamente destruida la máxima de 1637 del francés René Descartes (1596-1650) “cogito, ergo sum” (“Pienso, luego existo”) como el diferencial que caracterizaría al ser humano. Sin embargo, esta máxima no es contrarrestada o destruida, en este caso, por otro aspecto filosófico (como es normal en la historia de la Filosofía), sino por un hecho real y contundente: la máquina empieza verdaderamente a “pensar” por nosotros. Y más (recordemos el punto 4 de los antecedentes): comienza a crear, a inventar, farsas o falsas realidades tan elaboradas que corremos el riesgo de no poder reconocer más las estratagemas de la “mentira artificial”.
6. El trabajo de las hormigas, o sea, nuestra resistencia a los males de la Inteligencia Artificial, todavía tiene un camino seguro: el uso de la Inteligencia Artesanal, que involucra, como lo define Antônio Geraldo da Cunha, en su Dicionário Etimológico Nova Fronteira, la condición del artesano y de la artesana, “individuo(s) que practican, generalmente por cuenta propia, un arte, un oficio manual” (mi versión en español de la cita). Tomar la vida en tus propias manos. Conocer las formas, los colores, los sonidos, los olores, las texturas, los ritmos de la vida, sin renunciar a pensar y sentir, sin caer en la fácil tentación de que las máquinas reemplacen al hormiguero y todos vamos a ser cigarras en deleite, disfrutando de los placeres fáciles, porque facilitados por la Inteligencia Artificial – de la vida. No. Somos las hormigas que van a morir. ¿Habrá cigarras? Sí. Pero no seremos nosotros. Otra falacia más, la del “mérito”, pueda crear la falsa impresión de que solo nos corresponde a nosotros habitar el camarote de las cigarras.
7. La Inteligencia Artesanal, I.A.+, se apropia de la Inteligencia Artificial sólo cuando le conviene, reconociendo, como se dijo en la apertura, los beneficios y los momentos en los que se deben utilizar.
8. La I.A.+ requiere el esfuerzo constante de invertir en habilidades manuales y los siete (sí, hay siete) sentidos: los ya conocidos olfato, vista, oído, tacto y gusto, y la casi desconocida interocepción (“la información que llega cerebro sobre lo que ocurre dentro del organismo”) y propiocepción (“información que llega al cerebro sobre cómo es mi cuerpo por fuera, la postura, los gestos y las sensaciones que tengo por todo el cuerpo”). (Entrevista realizada por la neurocientífica Nazareth Castellanos. Mi versión en español de las citas. Ver artículo disponible en https://www.bbc.com/portuguese/articles/cxx79170863o).
9. Además de explorar estos sentidos, individualmente hablando, corresponde al trabajo colectivo de las hormigas apoyar a quienes necesitan recursos para explorar sus sentidos. Por lo tanto, la Inteligencia Artesanal requiere empatía, solidaridad, compañerismo e inversión democrática en el desarrollo de tecnologías para apoyar a las personas con discapacidad.
10. La I.A.+, al exigir literalmente “manos a la obra”, nos invita a buscar constantemente el contacto directo con los elementos de la naturaleza, con los instrumentos para crear productos artesanales, con todas las formas de arte, con la emoción y la sensibilidad humana y animal, con una alimentación sana, con la vida, en definitiva.
11. La I.A.+ valora el reciclaje, la energía limpia o sostenible, el cuidado con los biomas y sus ecosistemas, la valoración de los pueblos indígenas, el uso consciente del agua, las iniciativas veganas y vegetarianas, la agricultura familiar y orgánica, las pequeñas huertas en casa, la distribución de sueldos, las ecoaldeas, las políticas ambientales, el turismo ecológico, la recuperación del patrimonio cultural de las sociedades, el respeto a las diferencias entre los pueblos y los seres humanos, las políticas de reinserción social de los condenados, los proyectos comunitarios y solidarios encaminados a mejorar las condiciones de vivienda, el estado laico, el derecho individual a la prácticas religiosas, el desarme a todos los niveles, la protección de los animales domésticos, el Derecho del Trabajo, la práctica de actividades físicas a favor de la salud, el respeto a la infancia, etc.
12. La I.A.+ incorpora todo tipo de arte creado por el ser humano como medio para ampliar la resistencia del hormiguero y apoya políticas públicas encaminadas a ampliar el contacto de todas las personas con las expresiones artísticas. Museos, teatros, cines, espacios culturales de todo tipo no pueden ser privilegio de élites dominantes.
13. La I.A.+ apoya el retorno de objetos de arte a sus culturas de origen.
14. A.I.+ entiende el cuerpo humano como una obra de arte, que necesita ser preservada y respetada, dentro de las diferentes etapas de la vida, todas bellas e importantes. Por eso, Inteligencia Artesanal fomenta el aprecio y apoyo a las personas que han llegado a la vejez, entendiendo la dictadura de la “eterna juventud” como un oportuno referente de la Inteligencia Artificial, ya que hace que el ser humano acerque cada vez más su cuerpo al artificio, con el fin de negar su propia naturaleza humana, que involucra diferentes etapas de la vida y diferentes expresiones del cuerpo y la mente.
15. La I.A.+ repudia los prejuicios, las Fake News, la competitividad excesiva, la meritocracia, la injerencia de las religiones en los Estados, la explotación materialista del arte y el deporte (por la cantidad de manipulación que ejercen sobre lo que debería ser el libre ejercicio de la sensibilidad y la capacidad de perfeccionamiento físico e intelectual), el consumismo y el enriquecimiento ilimitado, y todo tipo de violencia contra la vida.
16. La I.A.+ valora el cuidado de la propia casa, entendiendo “casa” como una palabra integral que involucra desde el cuerpo de cada persona, hasta los hogares, instituciones educativas, lugares de trabajo, espacios públicos, etc. El mundo es un enorme hormiguero. Si observamos el cuidado de las hormigas con su “hogar” (su “casa”), comprenderemos el trabajo que debemos hacer en nosotros mismos, en las casas que frecuentamos y en las casas que, en todo el mundo, diseñan la arquitectura de la Humanidad.
17. La I.A.+ recomienda enfáticamente la búsqueda de conocimiento sobre esta realidad “El oso hormiguero llegando al hormiguero”. Es necesario conocer el concepto de “necropolítica” de Achille Mbembe; leer a Noam Chomsky sobre “adquisición del lenguaje”; buscar el pensamiento libertario de Bel Hooks; entrar en contacto con las agudas reflexiones de la filósofa Angela Davis; pensar la sociedad en compañía del brasileño Milton Santos y la brasileña Lélia Gonzalez; navegar por los amplios estudios de Fritjof Capra sobre la importancia de la conciencia ecológica en nuestro tiempo; entre muchos y diversos viajes que preparan a las hormigas para la resistencia.
18. La I.A.+ necesita decisiones firmes en los espacios educativos, afectados directamente por la producción artificial de textos e imágenes. Estas decisiones implican: entender que la supremacía de las Tecnologías Digitales de la Información y la Comunicación (TIDCs) como principal referente para el desarrollo de metodologías de enseñanza afecta fatalmente la inversión en Inteligencia Artesanal cuando sitúa a las tecnologías digitales como mediadoras protagónicas en la relación entre los estudiantes y el conocimiento. Si observamos la realidad brasileña presentada en “En 2022, Brasil registró 9,5 mil escuelas sin acceso a internet” (https://www.gov.br/anatel/pt-br/assuntos/noticias/em-2022-brasil-registrada- 9-5-mil-escuelas-sem-acceso-a-internet) y en “28,2 millones de brasileños no tienen acceso a internet, dice el IBGE” (mi versión en español para la cita - https://www.infomoney.com.br/consumo/282- milhoes-de-brasileiros-no-tiene-acceso-a-internet-dice-ibge/), comprenderemos claramente que la marginación de una porción representativa de la población brasileña ya es una señal de ataque al hormiguero. Es decir, la desigualdad provocada por las falacias del mundo tecnológico empuja a las primeras hormigas a un túnel sin salida, a un aislamiento que conduce o a nuevos procesos de esclavización o al hambre y la muerte. La educación no puede ser un refugio para los osos hormigueros.
19. La I.A.+ en Educación evita modas pasajeras y reflexiona en profundidad sobre el impacto real de las Tecnologías Digitales de la Información y la Comunicación (TIDC) en la rutina escolar, evitando así apoyar la constante desvalorización de docentes y alumnos que, por diferentes motivos, no cuentan con las competencias y competencias requeridas para trabajar con TIDC. Por el contrario, es necesario estimular y valorar el conocimiento de quienes hacen aportes positivos a la Educación, sea cual sea el idioma.
20. La I.A.+ busca, en las clases, el retorno de prácticas antes consideradas superadas, como el trabajo con lápices, lápices de colores, pinturas, papel, pegamento, dibujo, collage, pintura, manualidades en general, textos discursivos escritos a mano, lectura oral de libros, cuadernos, juegos tradicionales, visitas grupales culturales, cantos, debates orales, prácticas integradas en espacios naturales, y todas las formas de vivenciar el conocimiento que no necesariamente requieren la presencia de celulares, computadoras, tecnologías digitales de distintos perfiles.
21. La I.A.+ en Educación escapa a la situación de rehén inerte de la imposibilidad de acceso a los recursos tecnológicos y busca, por un lado, invertir en la creatividad y valorización de la artesanía humana y, por el otro, exigir políticas públicas educativas que combatan desigualdad en el acceso a estas tecnologías.
22. A.I.+ desprecia los rankings de producción educativa y académica detrás de los cuales se ubica el sistema financiero, lo que crea reglas de competencia dirigidas a la valoración constante de las élites (también presentes en la docencia y la investigación científica) y se convierte en una fuente constante de posiciones poco éticas y agresivas entre quienes deberían trabajar a favor del hormiguero y no solo de sus propios ombligos.
23. Finalmente, la empresa creadora y firmante de este manifiesto declara con vehemencia que no se someterá al uso de ninguna aplicación o programa tendiente a reconocer el uso de la Inteligencia Artificial en la composición de textos académicos o incluso literarios, pues entiende que su la formación y el desempeño profesional no incluyen ser responsable de la ética de los demás. En este sentido, sugiere la contratación de profesionales enfocados específicamente en la realidad del reemplazo voluntario de la inteligencia humana por inteligencia artificial. Y, por eso, como prevención, hasta que el hormiguero observe realmente la llegada del oso hormiguero, volverá al antiguo formato “analógico” y recuperará el cuaderno y las pruebas discursivas realizadas, en persona, en la casa del saber.
(c) Christina Ramalho
Christina Ramalho
Doctorado en Ciencias de la Literatura – Semiología (UFRJ, 2004)
Posdoctorado en Estudios Caboverdianos (USP, FAPESP, 2012)
Postdoctorado en Estudios Épicos (Université Clermont-Auvergne, Francia, 2017)
Posdoctorado en Historia de la Epopeya en las Américas (Universidad de Buenos Aires, 2022)
Profesor Asociado del Curso de Letras Itabaiana de la Universidad Federal de Sergipe
poeta y artesana
siempre aprendiz
nunca inerte
pequeña hormiga
4 de junio de 2023
Publicado el 12 de junio de 2023
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