Octavio Paz: Raíces de México en el Virreinato por Washington Daniel Gorosito Pérez
Octavio Paz - foto: Sara Facio
Museo Nacional de Bellas Artes
(México, D.F.)Washington Daniel Gorosito Pérez
Octavio Irineo Paz Lozano (Ciudad de
México, 31 de marzo de 1914- Ciudad de México 19 de abril de 1998). Premio
Cervantes de Literatura en 1981 y Premio Nobel de Literatura en 1990.
Considerado de los más influyentes escritores del siglo XX y de los grandes
poetas de la historia de la literatura universal.
Octavio Paz nace durante el transcurso
de la Revolución Mexicana (1910- 1917); su padre Octavio Paz Solórzano, trabajó
como escribano y abogado de Emiliano Zapata, “el caudillo del sur”. Esta tendrá
gran influencia en el pensamiento del poeta, posteriormente la Guerra Civil
Española, en la que participó cuando tenía 23 años.
El poeta chileno Pablo Neruda fue quien
envió la invitación a Octavio Paz al Segundo Congreso de Escritores
Antifascistas que se llevó a cabo en España del 4 al 17 de julio de 1937. Posteriormente
en una entrevista el escritor mexicano contará:
“Estaba
yo en Yucatán cuando recibí un telegrama de México en el que me decían que
había sido invitado. El telegrama lo firmaba una persona amiga mía. Tomé el
avión, vine a México y descubrí la pequeña intriga: la Alianza Internacional de
Escritores había invitado a dos escritores al congreso de Madrid. Los que
habían propuesto nuestros nombres eran (Rafael) Alberti y Neruda”.
En la estación estaba Pablo Neruda que
gritaba “Octavio Paz, Octavio Paz”. Yo me conmoví mucho; yo admiraba muchísimo
a Pablo; recordaría el escritor sobre su llegada a España. Cuando Octavio Paz
regresó de España, publicó en el diario Novedades de la Ciudad de México el 7
de diciembre de 1937 las palabras que externó en el Ateneo Popular de Valencia
donde integró la delegación de México en el II Congreso de Escritores
Antifascistas para la Defensa de la Cultura:
“Con el acto de esta tarde finaliza el
primer ciclo de pequeñas conferencias que ha organizado la delegación mexicana.
En ausencia de la camarada encargada de desarrollar el tema: “La Revolución
Mexicana en Marcha”; quisiera, brevemente, recoger el significado de esta tarea
realizada toda para el signo apasionado que despierta vuestra guerra y vuestra
Revolución”.
“Yo no sé, cámaras, si a través de este
rápido y casi fugitivo contacto con México, vosotros habéis logrado una imagen
real, así de panorámica, de nuestro país. Ya decía Juan Marinello, ayer por la
tarde, en este mismo local que quizá el perfil de México todavía no era sino un
rico, prometedor esbozo; una violenta, dura y viva suma de fuerzas en
integración”.
“No sé si vosotros habréis esa
contradicción, esa violencia arrebatada, a veces dispersa y otras volcada
sobriamente sobre sí misma; probablemente vosotros, como españoles, adivináis
en esa tensa inmovilidad del mexicano y su paisaje, en esa constante lucha por
sí mismo, algo de vuestro aliento y del vuestro propio sino. México se llamó en
una época Nueva España”.
“Los conquistadores quisieron, así, al
tiempo que recordaban su patria (recuerdo que la Meseta Mexicana avivaba) dar
sentido y destino a una nueva nacionalidad. Y siendo Nueva España el más rico
de los Virreinatos, y la más importante de las colonias, la región americana en
la que el pueblo español se virtió más plena y continuamente, adquiere desde el
siglo XVI relieve propio, contornos personales, autonomía en el estilo y el
modo, ya que no en la economía ni en lo político”.
“Y siendo cada vez más distinta y
personal la Nueva España, cumplía su destino, pues aquellos que la nombraron
quisieron que en verdad fuese Nueva España, otra España y no segunda España;
siendo otra era fiel al designio creador de España”.
“Así, los años del coloniaje transcurren
para México como la lenta maduración de su ser, de su propio y vivo ser; y como
un nuevo cuerpo y un nuevo espíritu nosotros la vemos en esos días. El régimen
económico que vivía México era vuestro propio régimen, ese que ahora vosotros
aplastáis por todo lo que tiene de opresor, de injusto e inhumano”.
“El proceso independiente de México ha
sido semejante al vuestro. Y ahora, después de cuatrocientos años mi país busca
su propio rostro, su voz más propia. Y sabe que eso solo será posible mediante
la guerra, mediante la lucha contra todo lo postizo y ajeno, y también contra
lo falsamente nacional, contra lo que no puede contener al Hombre y la
Revolución”.
“Sabemos los mexicanos que la lucha por
el Hombre es, al mismo tiempo, es al mismo tiempo la lucha por salvar lo
propio, lo español o lo mexicano, lo que no se vende ni se traduce”.
“Camaradas, vuestra cultura y vuestra
sangre forman, desde hace cuatro siglos, nuestra cultura y sangre; y esta
sangre y esta cultura; ayer regada en México tan prodigiosamente, ya crecida
entre nosotros a través de una historia amarga y henchida de angustiosas
esperanzas, son las que ahora ofrecemos los mexicanos que estamos en España:
aquellos que luchan en el heroico Ejército Popular, en los campos de la muerte
y la victoria”.
“Esta sangre española, que no fue toda
de conquistadores rapaces, sino de civilizadores y constructores de pueblos,
esa sangre del pueblo y de sus sabios educadores, esa que tiñó a los indios e
inició el mestizaje, cualesquiera que hayan sido las características del
tiempo, y la otra, la más pura y gloriosa Javier Mina, que luchó con los
revolucionarios mexicanos por la libertad de América y del Hombre; esa sangre
del pueblo español que parecía olvidada ya de España, tan íntima y
esencialmente mexicana era, en esta que ahora os entrega México, con su voz, su
adhesión, y su esperanza y certeza de la victoria”.
“Nacido en México en la hora universal
de España, es la hora en que el pueblo español, a través de no importa qué
ideas o formas económicas, daba su sangre y su voz a un mundo, ahora en esta
hora de España universal y popular, en esta liberadora del Hombre y del Español,
quiere recordar que la antigua voz de la sangre creadora y, como ayer Mina en
México, dar la mano y el corazón a su pasado entrañable, a lo más dramático y
digno de su presente, el más cercano e iluminado de sus amaneceres: a España,
madre, hermana y camarada”.
(c) Washington Daniel Gorosito Pérez
México, D.F.
Washington Daniel Gorosito Pérez es un escritor y periodista de origen uruguayo radicado en México
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