El Quijote de Onetti en Madrid y el de Gorosito en Guanajuato por Washington Daniel Gorosito Pérez
(México, D.F.) Washington Daniel Gorosito Pérez
Cuando el escritor uruguayo Juan Carlos
Onetti recibió el Premio Cervantes de Literatura 1980, su discurso de recepción
de dicho galardón estuvo enfocado a la libertad, la Libertad que le ofrecía
España en la que estaba exiliado y la que consideraba su verdadero premio;
comparto un fragmento del mismo:
“He dicho que soy desde la infancia un
inveterado y ferviente lector de Cervantes. Todos los novelistas, sea cual sea
el idioma que escribamos, somos deudores de aquel hombre desdichado y de su
mejor novela, que es la primera y también la mejor novela que se ha escrito.
Una novela en la que todos hemos
encontrado saco, durante siglos, y que, a pesar de nosotros y de tan repetida
depredación, se mantiene, como el primer día, intocada, misteriosa,
transparente y pura.
A pesar de que hay en este recinto muchas
personas más cultas y talentosas que yo, y a pesar de provenir, como provengo,
de un lejano suburbio de la lengua española, me atreveré a dar una tímida
opinión personal sobre uno de los incontables valores de la obra de Cervantes
y, en especial, del Quijote.
El planteamiento del libro, su esencial
libertad creativa e imaginativa marcan la pauta, conquistan el terreno sin
límites en el que germinará y se desarrollará toda la novelística posterior. El
maravilloso entramado de la más cruda realidad y la fantasía más exaltada, la
magia prodigiosa de dar vida permanente a todo lo que su mano como al descuido,
va tocando, son virtudes que ya han sido, y siempre serán, alabadas, aplaudidas
y comentadas.
Yo no voy a referirme en este caso a la
estética, a la técnica narrativa ni a la creación novelística de Cervantes,
sino a otro sustantivo, tan inmediato siempre a la verdadera poesía y que yo he
mencionado al pasar: la libertad. Porque el Quijote es, entre otras cosas, un
ejemplo supremo de libertad y de ansia de libertad.
Mi entrañable amigo, el gran poeta Luis
Rosales, tuvo el acierto de titular uno de sus libros exactamente así:
Cervantes y la libertad. Un enorme acierto, una enorme verdad. Porque la
libertad ha sido siempre una principal preocupación, y también una causa
principal, para todos los hombres sensibles e inteligentes.
Esta libertad que hoy respiramos,
sencillamente, sin esfuerzo, como sin darnos cuenta. Esta libertad que a muchos
parece trivial, aburrida, insignificante. Yo, que he conocido la libertad, y
también su escasez y su ausencia, puedo pedir que siga siendo siempre así. Un
aire habitual, sin perfumes exóticos, que se respira junto con el oxígeno, sin
pensarlo, pero conscientes de que existe.
Amparándome en esta comprensión, en este
sentido del humor (que no es un invento exclusivamente británico, sino también
y principalmente español), protegido de esta forma, me permito declarar que yo,
si tuviera el poder suficiente, que nunca tendré, hacía un solo cercenamiento a
la libertad individual: decretaría, universalmente, la lectura obligatoria del
Quijote.
Dijo Flaubert, quizás con excesiva
ingenuidad, que si los gobernantes de su tiempo hubieran leído La educación
sentimental, la guerra franco- prusiana jamás se habría producido. Por mi parte
les pediría que leyera a Cervantes, al Quijote. Confío en que si lo hicieran,
nuestro mundo sería un poco mejor, menos ciego y menos egoísta”.
Ese Quijote de la Libertad,
metafóricamente cruzó el Atlántico en busca de su amor y se “aquerencio” en
Guanajuato, la tierra de la Libertad, donde nació la idea de la Independencia
de México. Comparto el siguiente poema de mi autoría que narra dicha visita:
EL QUIJOTE EN QUANAXHUATO*
Va el caballero andante
con su raudo cabalgar
montado en su Rocinante
y su fiel escudero atrás.
Entrando ya a Guanajuato
espera a su amor hallar;
este guerrero sin par
ícono de la hispanidad
lo mejor de la esencia humana
siempre representará.
Rumbo al Callejón del Beso
deseando encontrar allá
a su amada Dulcinea
serenata cantará
le acompañará el mariachi
para enamorarla más.
Esa mezcla extraordinaria
de Donjuanismo español
con música mexicana
seguro le ayudará
al Caballero de los Leones
para apuntalar más
la férrea hermandad
entre Castilla- La Mancha
y Quanaxhuato Capital.
*Quanaxhuato (Guanajuato) según
etimologistas proviene de la lengua Tarasca o Purepécha, compuesta por las
palabras: Quanax que significa ranas y Huato algo montuoso, pero agregando la
partícula To, el lugar donde abunda alguna cosa, queda Quanaxhuato que expresa:
“Lugar montuoso de ranas”, o “Donde
abundan las ranas”. La ciudad de Guanajuato por su belleza y trayectoria
histórica, fue reconocida por la UNESCO desde 1988 como: “Patrimonio Histórico de
la Humanidad” y en el 2005 fue declarada “Capital Cervantina de América”.
(c) Washington Daniel Gorosito Pérez
México, D.F.
Washington Daniel Gorosito Pérez es un escritor y periodista de origen uruguayo radicado en México
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