La poetisa Ida Vitale, con "humildad uruguaya" recibió el Premio Cervantes de Literatura
(México, D.F.) Washington Daniel Gorosito Pérez
Nació en Montevideo el 2 de noviembre de
1923, poeta, ensayista, traductora, crítica literaria, profesora, integrante
del movimiento artístico denominado “Generación del 45”. Estudió en la Facultad
de Humanidades en la Universidad del Uruguay, que le otorgará el Doctorado
Honoris Causa en el año 2010.
Durante el Gobierno militar se exilió en
México (1974- 1985), país que considera su segunda patria, donde aprendió la
“picosidad” del lenguaje y desarrolló una extensa actividad de escritura. Con
la ayuda de Octavio Paz se incorporó a la rica vida cultural mexicana. “Mis
once años en México fueron de realización permitida. Eso es maravilloso, un
lugar que lo recibe a uno como si no fuera extraño. México te da la ilusión de
que todo está abierto”.
En su discurso la poeta oriental, al recibir
el máximo galardón de la literatura en lengua castellana, el Premio Cervantes,
conocido como el “Nobel” de las letras en Castellano, remarcó su devoción por
la obra cumbre de Miguel de Cervantes Saavedra: Don Quijote de la Mancha.
“Mi devoción cervantina carece de todo
misterio, mis lecturas del Quijote, con excepción de la determinada por los
programas del liceo, fueron libres y tardías”.
“Muchas veces lo que llamamos locura del
Quijote, podría ser visto como irrupción de un frenesí poético no subrayado
como tal por Cervantes, un novelista que tuvo a la poesía por su principal
respeto”.
El Premio Cervantes de Literatura 2018, le
fue concedido a Ida “por su lenguaje, uno de los más destacados y reconocidos
de la poesía hodierna (moderno o actual), en español, que es al mismo tiempo
intelectual y popular, universal y personal, transparente y honda”.
El jurado también destacó que desde hace un
tiempo se ha convertido “en un referente fundamental para poetas de todas las
generaciones y en todos los rincones en español”.
Siguiendo con parte del contenido del
discurso de Ida, sostiene: “Cervantes como precisa José Miguel Marinas, es “el
primer alegorista de la ética moderna” y va sobreviviendo a las menguantes
transformaciones de ésta.
“Virtud siempre lograda de Cervantes ha sido
no echar mano de milagros de los usuales en las novelas que no se privaban de
gigantes y monstruos, cuando un argumento descontrolado las requería”.
Toda la gracia proviene que el Quijote haga
de las suyas “cuando ya no se usan los caballeros andantes”, radica en ello su
razón de ser, el más sutil de los méritos de la obra.
En la última década, la poetisa ha sido
galardonada con los premios más importantes de literatura en lengua española:
2009 –IX Premio Internacional Octavio Paz de
Poesía y Ensayo.
(Compartido con Ramón
Xirau).
2014 – Premio Internacional Alfonso Reyes.
2015 – XXIV Premio Reina Sofía de Poesía
Iberoamericana.
2016 – Premio Internacional de Poesía
Federico García Lorca
2017 – Premio Max Jacob
2018- Premio Literatura en Lenguas Romances
de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara- México.
2018- Premio de Literatura en Lengua
Castellana Miguel de Cervantes.
Afirma en su discurso Ida que El Quijote,
“nos reclama la inacabable virtud del libro: exigirnos la fidelidad atemporal a
lo que, lector tras lector y época tras época, se ha ido consagrando, como un
venerable sostén de la herencia humana”.
“No sé por qué atribuí a ese libro la
capacidad de precipitar hacia mí, la buena voluntad del azar. Quizás
simplemente buscaba una ocasión de dicha dispersiva, de caridad sin reserva,
cuando el disfrute viene sin proponérselo a veces, acompañado de una sensación
de penuria de gracias en la vida diaria y necesidad de gusto satisfecho, que
depararán siempre las aventuras por las que ando tan a gusto cuando me
reintegro al maravilloso mundo cervantino”.
Ida, la niña que se inició en la escritura a
los 15 años; según ella una edad en la que “no escribís pensando que sos
buena”, hoy a sus 95 años continúa escribiendo, su última obra: Shakespeare
Palace. Mosaicos de mi vida en México, es el título de las memorias de la
poetisa publicado este año.
La escritora reconoció en su discurso lo que
se convirtió en una “devoción total” cuando intimó “con aquella pareja española
tan tiernamente compatible, entre sí y con una lectura inocente y deseosa de
amistades literarias a su alcance, ese Quijote y ese Sancho que hablaban de
otra manera”.
La ceremonia en la Universidad Alcalá de
Henares en Madrid, en que el Rey Felipe VI le entregó el galardón a Ida Vitale,
estuvo marcada, por la lluvia, un elemento fundamental en la obra de la poeta y
por su humildad y el agradecimiento que mostró en forma constante. “Es la
humildad uruguaya”, dijo Nuria Flo, una de sus nietas que la acompañaba.
Refiriéndose a la obra de Ida dijo: “La
poesía de mi abuela me gusta mucho, pero a veces es difícil”. Es que para Ida
Vitale: “No todos los poemas están escritos para que se entiendan”.
Y lo que se entendió muy bien, fue el final
del mensaje de la poetisa: “Con todo lo que las afirmaciones de Don Quijote,
prudente y aun sabio, me reclaman de acatamiento, para terminar debo
disculparle una afirmación que como suya, podría ser aceptada sin más “que no
hay poeta que no sea arrogante y piense que sí que es el mayor poeta del
mundo”.
No es mi caso, puedo asegurarlo. Sin duda,
Don Quijote no imaginó jamás que ese género femenino al que se consideraba por oficio
llamado a honrar y defender pudiera caer en tan osada pretensión. Y en eso,
estoy segura que acertó”.
(c) Washington Daniel Gorosito Pérez
México, D.F.
Washington Daniel Gorosito Pérez es un escritor y periodista de origen uruguayo radicado en México
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