Fútbol y literatura... letras y gol por Washington Daniel Gorosito Pérez

(México, D.F.) Washington Daniel Gorosito Pérez

Quizás lo del título parezca extraño, ¿qué relación existe entre estas áreas del quehacer creativo humano?
Existen cuentos formidables en torno del balompié. Escritores como los mexicanos Carlos Monsiváis y Guillermo Samperio; el brasileño Ruben Fonseca; el argentino Mempo Giardinelli y el uruguayo Mario Benedetti, entre otros, han hecho de este deporte su fuente de inspiración en algunos de ellos.
Otro escritor mexicano insustituible en la dualidad literatura-fútbol es el confeso hincha del Necaxa   y del Barcelona en España,  Juan Villoro, que lleva al título de su obra el concepto sociológico “tribu”, adaptado a este deporte, dicho material se titula “Los Once de la Tribu”.
En el presente trabajo compartiré con ustedes algunos fragmentos de la entrevista realizada a Eduardo Galeano, uno de los escritores considerado titular indiscutible en la “media cancha” de la “selección literaria” latinoamericana.
Dicha entrevista la llevó a cabo el periodista Jorge Garza y la publicó La Jornada el viernes 29 de mayo de 1989.

Entrevista a Eduardo Galeano

Eduardo Galeano (1940) quiso ser jugador de fútbol, jugaba muy bien “era una maravilla, pero solo de noche, mientras dormía”. Durante el día era el peor pata de palo que se había visto en los  campitos de su país. Sin embargo, al paso de los años Galeano terminó por asumir su verdadera identidad: un mendigo de buen fútbol que va por el mundo sombrero en mano y que en los estadios suplica “Una linda jugadita por el amor de Dios”.

Y cuando ocurre un buen juego, Galeano agradece el milagro sin importarle un rábano cual es el club o el país que se lo ofrece.

Su interés por el fútbol es de toda la vida, ¿no es cierto?
Yo nací gritando “gol” como todos los niños uruguayos.
¿Qué ha perdido el juego al volverse industria?
Bueno parte de la gracia que tenía. Pero conserva lo más importante: la capacidad de defensa y de asombro, si todo respondiera a la reacción de las computadoras nadie iría al estadio; el fútbol sigue siendo asombroso como la vida.
¿Resulta perjudicial que la sociedad actual viva futbolizada?
Las personas tienen derecho a la pasión colectiva y a la identidad. Y la verdad es que hoy la camiseta del “equipo de los amores” de cada quien es una especie de manto sagrado. El hincha se reconoce en los colores del club. El fútbol es un deporte que a veces es  arte. No me parece  nada de malo esa pasión, salvo cuando se convierte en horror por obra de los energúmenos que acuden al estadio para desahogar la violencia. Una cosa es el hincha y otra el fanático. ¡Detesto a los fanáticos del fútbol ¡ El fanatismo  es abominable.
¿Qué le provoca un estadio vacío?

El estadio vacío es el menos vacío de los lugares. Un estadio siempre está lleno de fantasmas: jugadores que allí  jugaron, la multitud que vibró, los goles que fueron celebrados. Un estadio siempre está lleno de energía.

Qué bella su definición de que “el gol es el orgasmo del fútbol ” .

Ja,ja,ja  Pero al igual que él, el gol es también menos frecuente en la vida moderna: la cantidad de goles tiende a disminuir. El gol es el elemento supremo el fútbol, y el que más alegrías ofrece, pero no se trata de que haya que jugar para meter goles, he visto partidos estupendos sin anotaciones. El momento del gol representa lo mágico que contradice la ley de la gravedad: cuando llega los estadios se elevan por los aires.


A continuación tengo el enorme placer de compartir con ustedes un microcuento de mi autoría titulado:

                                                       En defensa del gol*

Los intelectuales aborrecen los estadios.
Ser hincha es profundo, aunque responde a un mero juego.
Excita reacciones, buenas y malas que conmueven más allá de lo racional, lo conveniente, lo consabido. Muchos si se vieran al espejo se atemorizarían de las mismas.
Ser hincha viene de la noche de los tiempos y eso, nunca es poca cosa. Cualquiera que haya gritado un gol inolvidable, perdido entre la multitud de las gradas, sabe que eso viene de la esencia misteriosa de lo humano, que es como inhumano.
Y si el gol Su Señoría, es el orgasmo del fútbol… Por eso lo maté…Me lo negó el número 10.
Por fallar el tiro penal, en el último segundo, dejándome excitado y robándome el placer de gritar… Gooooooollllll.

                                   


* Publicado en el libro: “Para leerlos todos”. Antología de Microcuentos. León, Gto; México  Universidad Iberoamericana de León. Instituto de la Cultura de León. Año 2009.



(c) Washington Daniel Gorosito Pérez
México, D.F.

Washington Daniel Gorosito Pérez es un escritor y periodista uruguayo radicado en México
















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