La literatura y la peste - Araceli Otamendi



(Buenos Aires)

Corren tiempos de una peste: el  COVID19, corona virus, y es una pandemia, es decir
que azota a muchos países al mismo tiempo. Esta peste de la que se habla todo el día,
a toda hora cuando encendemos el televisor o en las redes sociales, y que nos ha obligado
a permanecer aislados, sin contacto social en nuestras casas y para salir en caso de necesidad,
tenemos que usar barbijo o tapaboca,
no es la primera que se conoce. En épocas pasadas también hubo pestes.
La literatura en varias obras ha reflejado el tema, por ejemplo en Edipo Rey de Sófocles,
en La muerte en Venecia de Thomas Mann y en el Decamerón, de Bocaccio.
En la tragedia de Sófocles, Edipo es llamado por la población víctima de la peste, y él dicta
la sentencia: aquél cuya mancha sea responsable de la peste en la ciudad de Tebas deberá
ser expulsado. Esa sentencia funcionará luego como una trampa para el mismo Edipo ya que
él mismo desconoce su verdadero origen y al desconocerlo  ignora su destino. Sólo el pastor
que había sido testigo en el momento del nacimiento de Edipo y había visto cómo había
muerto Layo puede dar testimonio de la verdad.
La muerte en Venecia, novela de Thomas Mann, y adaptada al cine por Luchino Visconti,
es la historia del profesor Gustav Von Aschenbach quien pasa unos días en Venecia, lejos
de su casa. Instalado en un lujoso hotel, descubre  un día a Tadzio, un adolescente que
pasa sus vacaciones en el hotel junto a su famila. Aschenbach queda fascinado por el joven
Tadzio,  de una gran  belleza.
El profesor alterna su estadía en la playa y en el hotel con paseos al centro de la ciudad y
descubre que se están produciendo muertes repentinas, desinfección en las calles y una
verdad silenciada para no espantar a los turistas: el cólera que está azotando el lugar.
Aunque sabe la verdad, Aschenbach se queda en Venecia, y se sigue fascinado por el joven
Tadzio, mirándolo desde  lejos ya que nunca intercambian una palabra.  Después de unos días,
el profesor avisa a la familia del joven acerca de la peste para que se vayan, pero él se queda ahí.
La decadencia del profesor contrasta con la hermosura de Tadzio, y finalmente Aschenbach
se enferma y muere durante la peste. Hay interpretaciones que consideran al personaje de Tadzio como un ángel exterminador cuya belleza  fascina al profesor y ocasiona que por contemplarlo, se quede en el hotel durante la epidemia precipitando su muerte.

El escenario de El Decamerón de Bocaccio se centra en la peste que sufrió Europa en 1348 y que también alcanza a  toda Italia. Diez personajes, siete mujeres y tres hombres, huyen de la terrible epidemia saliendo de la ciudad de Florencia y se refugian en el campo, y allí para entretener sus ocios acuerdan en narrar cada uno diez historias que deberán transcurrir en una sola jornada. Han sido mucho los críticos que han denominado al Decamerón como el libro de la risa o al menos, de la sonrisa, ya que contiene un medio eficaz para alejar la melancolía y la tristeza, elevando el alma hasta el cénit de la alegría y la espontaneidad. Cada una de sus páginas está saturada de una comicidad que huye de las serias intenciones. Y esa risa o esa sonrisa que despiertan los relatos en el Decamerón, hicieron que el nombre de Boccaccio llegara a los confines de Italia y de toda Europa. En la introducción dice: “…En 1348, la peste invadió a Florencia, la más hermosa de las ciudades de Italia. Algunos años antes se había dejado sentir esa plaga en diversas comarcas de Oriente, causando numerosísimas víctimas. Sus estragos se extendieron hasta una parte del occidente, de donde, sin duda en castigo de nuestras iniquidades, cayó sobre nuestra ciudad querida. En pocos días hizo rápidas progresos, a pesar de la vigilancia de los magistrados, que nada omitieron para poner a los habitantes al abrigo del contagio. Empero, ni el cuidado que se tuvo en limpiar la ciudad de varias inmundicias, ni la precaución de no dejar penetrar ningún enfermo, ni las rogativas y procesiones públicas, ni otras muy discretas medidas, nada fue bastante para preservarla de la calamidad…”.

Bibliografía:
Michel Foucault, El gobierno de los vivos, Curso del College de France 1979-1980,
Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2014
Boccaccio, El Decamerón, Editors S.A., Barcelona, 1997
Curso de literatura en el taller de Mirta Arlt, apuntes inéditos




Comentarios

  1. Nada mejor que una buena lectura para sobrellevar los sinsabores. Gracias Araceli

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