Homenaje al poeta Domingo Rivero por Rosario Valcárcel

(Las Palmas de Gran Canaria) Rosario Valcárcel ¿Por qué no te he de amar, cuerpo en que vivo?/ ¿Por qué con humildad no he de quererte, /si en ti fui niño y joven, y en ti arribo, / viejo, a las tristes playas de la muerte? No sé si en algún lugar del mundo un poeta ha tenido un nieto como el periodista José Rivero. Un hombre de corazón grande y generoso quien comprendió que debía cultivar la memoria humana y literaria de su abuelo, Domingo Rivero. Un Museo auténtico, capaz de unificar arte y vida, un punto de encuentro para un público amplio, para todos. Y durante algunos años, Luis y yo nos tropezábamos con Pepe Rivero, como le llamamos, y nos confió el proyecto del Museo que, tanto él como su esposa, María Luisa Estévez, trabajaban con firmeza día a día, centímetro a centímetro. Hablábamos de lo que hacíamos o pensábamos hacer cada uno de nosotros. Mientras él se negaba a los problemas, a la tristeza de su frágil salud. La procesión iba por dentro. Lo consiguiero...